martes, 29 de diciembre de 2015

Llevaba medias negras

Confieso que tengo predilección por utilizar las canciones españolas en la clase de ELE porque me parece uno de los mejores métodos a la hora de enseñar vocabulario, morfosintaxis y sobretodo aspectos culturales con los que los alumnos pueden identificarse, sobretodo si son jóvenes como en AS Level. Música de Nach, Calle 13, Juanes, Julietta Venegas, nos ayudan más de lo que creemos a desarrollar todas las destrezas lingüísticas en el aula.

Medias Negras de Sabina, es un claro ejemplo, que lejos de identificarnos con la letra, aunque hayamos tenido todos un desengaño amoroso alguna vez, nos enseña a la perfección el contraste entre el indefinido e imperfecto.

Con el objetivo de fomentar la creatividad, hemos hecho un concurso de redacción creativa y los alumnos han terminado libremente la canción, dando rienda suelta a su imaginación. Elisabeth Schüepp, Melanie Pouget, Daniel Vega, Delia Ponzeta y Letizia di Grazia han conseguido unos resultados excelentes, relatando desde una noche de pasión y venganza, hasta historias de intrigas policíacas y de sueños.

Letizia ha sido la ganadora del concurso, a votación. Y como premio paso a transcribir su redacción a continuación de la letra de la canción de Sabina.
Por último quiero desearos a todos un feliz año lleno de éxitos personales y académicos. Gracias por ser para mí un motivo de inspiración.



La ví en un paso de cebra 
toreando con el bolso a un autobús, 
llevaba medias negras, 
bufanda a cuadros, minifalda azul. 
Me dijo: "¿tienes fuego?", 
Tranqui, que me lo monto de legal, 
Salí ayer del talego, 
qué guay si me invitaras a cenar". 

Me echó un cable en la lluvia, 
Yo andaba con paraguas y ella no 
-"¿a dónde vamos rubia?" 
-"a donde tú me lleves" -contestó. 

Así que fuimos hasta 
mi casa -"que es el polo" -le advertí. 
-"con un colchón nos basta, 
de estufa, corazón, te tengo a ti". 

Recalenté una sopa 
Con vino tinto, pan y salchichón, 
A la segunda copa, 
-"¿qué hacemos con la ropa?"- Preguntó. 

Y yo que nunca tuve 
más religión que un cuerpo de mujer, 
del cuello de una nube 
aquella madrugada me colgué. 

Estaba solo cuando 
Al día siguiente el sol me desveló, 
Me desperté abrazando 
la ausencia de su cuerpo en mi colchón. 

Lo malo no es que huyera 
con mi cartera y con mi ordenador, 
Peor es que se fuera 
robándome además el corazón. 

De noche piel de hada, 
a plena luz del día Cruella de Ville, 
Maldita madrugada, 
Y yo que me creía Steve McQueen. 

Si en algun paso cebra 
la encuentras, dile que le he escrito un blues, 
Llevaba medias negras, 
bufanda a cuadros, minifalda azul.

Al día siguiente volví a verla en el paso cebra toreando con el bolso, como supongo que hacía siempre. Cuando me vió no me reconoció porque en la noche que estuvimos juntos nos emborrachamos demasiado pero yo me acordaba de que al día siguiente amanecí con el pelo todo rojo, no sé si lo hizo ella pero sé que estaba muy loco, y es que ella obviamente me volvía loco.

La miraba todo el tiempo en aquel paso de cebra desde una parada cercana. El tiempo pasaba y me acerqué para preguntarle por qué me había robado el ordenador, mi cartera y sobretodo mi corazón.
Ella me respondió:
 - ¡¡¡Andaaaa hombre!! que tampoco fue para tanto, fue simplemente una noche de pasión pero nada especial. Y si es por el ordenador y la cartera te los daré de vuelta.
Para tu corazón tengo una solución, si me pagas un viaje a Francia, te presentaré a una chica que es un bombón, se llama Clara y enamora a todos los chicos guapos como tú.

Al principio pensé que podía ser una buena idea conocer a una nueva mujer porque "la mancha de una mora, con otra verde se quita", pero luego pensé que debería elegirla yo.

Pasaron los días y las semanas y no la ví más por el paso cebra, además todavía no tenía la cartera ni el ordenador y me preguntaba cuándo las tendría de vuelta. Sin embargo, un día fui a casa de mi amigo Lucas y allí estaba ella. Buuuuf. La sorpresa fue cuando él me dijo: - "te presento a mi novia" y yo en mi cabeza pensé: " suerte con esa".
No me lo podía creer pero por otro lado, no le dije nada a Lucas, pensarán ustedes que soy mal amigo, pero no quiero arruinarle la vida ya que ha tardado mucho tiempo en encontrar novia.
Desde aquel día no he vuelto a verlos.


miércoles, 27 de mayo de 2015

Poesía



Pura poesía. Es así como describiría las fotografías de Paz Scriphova si pudiera encontrar las palabras. Aunque sus imágenes valen más de mil. No basta con estar en el momento adecuado. No basta con dominar la técnica. Ella tiene el don de la sensibilidad, de mirar más alla y enseñarnos su visión del mundo a través de la lente.

Paz es una narradora de historias. De historias bonitas. Parejas que se prometen amor eterno, que esperan su primer hijo,  reencuentros, amistades,y también de proyectos muy interesantes sobre su vuelta a su Laos natal, del que tuvo que huir con su familia como refugiada política o proyectos experimentales con una cámara de video en la que nos colamos como ¨voayeurs¨ o pasajeros en un día cualquiera de su vida.

John Berger menciona en su Teoría de lo visible  que el éxito del artista radica en conseguir crear un mágico encuentro o colaboración entre el artista y el modelo. Y es esa magia la que está presente en las fotografias de Paz. Porque se necesita magia para ser capaz de fotografiar lo invisible, para fotografiar las emociones, que se nos escapan y no son eternas. Esta reflexión no deja de tener ese matiz melancólico que tanto me gusta porque es como si quisierámos guardar a través de las imágenes la frágil felicidad de momentos no volverán.

Utiliza encuadres poco convencionales y algunas de sus imágenes se salen del discurso, del transcurso de la historia porque tienen tanta fuerza que hablan por si mismas. Una mujer sumergida en el agua como la dulce Ofelia, un hombre contemplando a través de una puerta que separa dos mundos , un bodegón de juguetes en una silla, un mosquetero que come en una mesa cuando sus compañeros se han ido a jugar......son escenas que dejan de formar parte de sus reportajes para detenerse y mirarlas y volverlas a mirar....como quien reele un libro de poesía, y es un privilegio poder estar en una de sus páginas.












sábado, 9 de mayo de 2015

Vivir dentro del cuadro


Visitar una de las regiones menos turísticas de Francia puede convertirse en una verdadera experiencia estética. La gran desconocida: Franche Compté. Quizás algunos arquitectos se dejen caer por Ronchamp para ver la capilla de Le Corbusier o acercarse a las Salines de Chaux para ver la ciudad utópica del visionario Ledoux. Pero no muy lejos, en la misma región del Franche Compté se puede vivir dentro de un cuadro.

Y es que toda la belleza de sus paisajes, la pureza del aire, el murmullo del agua, el silencio de las montañas que te hace sentir insignificante, te gustaría por un instante poder guardarlos en una cajita para más tarde abrirla para revivir los recuerdos. Pero esto ya lo hizo Courbet en sus cuadros y es un privilegio sentir que estás en uno de ellos, como si te mimetizaras con su entorno, con lo que él ve y lo que siente.

Estos paisajes que rodean su ciudad natal fascinaron al artista toda su vida. Tenemos que transportarnos a su época para ver lo que tienen de revolucionarios. Como sus compañeros de Barbizon, sale a pintar con sus lienzos directamente a la naturaleza, al " plein air", cosa que antes no se hacía. Pero lo más importante es que su pintura es moderna. En sus paisajes no hay héroes ni dioses. Los dioses han muerto. Han desaparecido de la pintura.

Sus ideales revolucionarios están también plasmados en su pintura que se puede entender como un canto a la libertad de inspiración o como una democratización, tal y como hace con el famoso entierro de Ornans al dale un formato gigante y dignificar a los lugareños del pueblo como si fueran héroes de la mitología. Y es en Ornans, su ciudad natal donde se puede visitar un pequeño museo con alguna de sus obras. Aunque sólo hay que darse una vuelta por los alrededores para meterte dentro de ellas.



¡Hay un montón de imbéciles que se imaginan que un paisaje se hace así sencillamente! Toman una caja de pintura y van a plantarse, a veces en un país, a veces en otro. Ellos traen sus cuadros y le dicen: ese es Venecia, ese es los Alpes. ¡Pues bien, todo esto es un relajo! Para pintar un país hay que conocerlo. Yo conozco a mi país, yo lo pinto. Los bosques, son los nuestros. Este río, es la Loue, vaya a verlo, y usted reconocerá mi cuadro.