martes, 27 de noviembre de 2012

Utopías I. El ojo del arquitecto

Al hablar de Utopía, es necesario hacer referencia a la obra de Tomás Moro sobre la idealización de una sociedad y su vida en comunidad. El concepto de Utopía siempre se asocia a algo conceptual, teorético, a proyectos idealizados que nunca se llevaron a cabo. Arquitecturas soñadas, imposibles e idealizadas.

En el siglo s.XVIII, siglo de las luces, de la Ilustración y del progreso, destacan los llamados arquitectos utópicos y visionarios. Si habéis visto la película de "El vientre del arquitecto", recordaréis que se hace un homenaje a la figura de Boullée 1728-99, gran teórico arquitecto cuyos proyectos sentaron las bases del mundo moderno en arquitectura. Nos resulta increíble pensar que realmente vivió en el siglo XVIII cuando vemos los proyectos del Cenotafio a Newton, una esfera gigantesca que tenía además la peculiaridad de tener efectos lumínicos de la noche y el día. Él mismo decía que su arquitectura hablaba, se expresaba, dando lugar a una corriente llamada "arquitectura parlante".

La verdad es que es impactante ver los dibujos, proyectos, bocetos, planos o maquetas de estos arquitectos visionarios que se anticipan a la arquitectura futurista en el siglo XVIII.
Pero lo que más me fascina es que hay excepciones que fueron más allá de la idea o del plano y que se construyeron en la época. Fue la suerte de otro arquitecto visionario,  Nicolas Ledoux 1736-1806 que después de hacer algunos hoteles privados para la aristocracia francesa, pudo llevar a cabo parte de su sueño, parte de su ciudad utópica, utopía a medias, pero que al fin y al cabo hoy podemos visitar.

En plena campiña francesa, en el departamento de Doubs, construye Las Salinas Reales de Chaux, parte de su ciudad utópica al más puro estilo de Tomás Moro: un espacio pensado para los trabajadores de las Salinas para vivir en comunidad y armonía. Un claro antecedente de arquitectura socialista y precursora de la ciudad radial de Le Corbusier.
Ledoux. Vista aérea de las Salinas
Ledoux. Proyecto para las Salinas


Pues bien, hoy en día nos quedamos asombrados al sentirnos parte de su "inacabado" proyecto cuando vistamos las salinas. Un hemiciclo de construcciones simétricas que constituían la casa del director y edificios de producción y otros destinados a viviendas de obreros. En el interior del edificio de los talleres hoy podemos ver un museo con las maquetas de todos los edificios que debían haber completado la ciudad. Un despliegue de fantasía de plantas centrífugas, complejas, contradictorias, puristas con forma de esferas,cubos, círculos, pirámides o turbinas. Cumplían todo tipo de funciones sociales para uso de la comunidad: hospital, cementerio, teatro, y lugares de culto consagrados a los valores morales como la educación, la memoria, las mujeres o el amor. Un programa simbólico-masónico de jerarquización y de perfecta comunión entre el hombre y la naturaleza.

Ledoux. proyecto para casa de artesanos
Ledoux. Proyecto para casa de guardias rurales
Ledoux- Proyecto para casa de oficinas
Ledoux. planta de la Oikema, templo del placer.
                                               

Todos estos ideales revolucionarios y el hermetismo simbólico de Ledoux quedan reflejadas en un inquietante grabado del teatro de Besançon. Un ojo gigante que todo lo ve, casi cinematográfico, casi surrealista.  El interior de la sala y su escenario se reflejan en él. Es el ojo del arquitecto-espectador. Citando a Antony Vilder, supone un punto entre lo real y lo ficticio, entre la sociedad y sus ilusiones, entre el hombre y su utopía.

Nicolas Ledoux. Teatro de Besançon