miércoles, 5 de diciembre de 2012

Utopías II. Bajo el signo de la estrella

A veces me gustaría ser un pájaro para ver las ciudades desde arriba, para tener una perspectiva y visión completamente diferente de la que tenemos los "ciudadanos de a pie".

Es fácil pasear por el barrio judío de París y darse cuenta del entramado tortuoso de las calles para luego salir a la amplitud de los majestuosos bulevares. Pero de lo que no somos conscientes es de que todo forma parte de un programa urbanístico que se ha ido modificando, ampliando, yuxtaponiendo y transformando a lo largo de los siglos. Siguiendo con el ejemplo de París, es radical la modernización de la ciudad a manos de Haussmann en el XIX: calles ortogonales, avenidas como grandes arterias de la ciudad, unificación de los edificios en altura...Un plan que era el reflejo del poder y de la época progresista de Napoleón III. Una de sus actuaciones estelares, y nunca mejor dicho, es la transformación de la plaza de la estrella. Hace salir del Arco del Triunfo doce calles radiales que se unen con los puntos neurálgicos de la ciudad.

Vista aérea de la Place de l'Etoile. Paris

Anteriormente, en el siglo XVIII se había ideado otro monumento que pensaba ocupar el lugar del Arco del Triunfo. ¿Una columna?¿Un obelisco?....Pues no podía ser de otra manera: un elefante colosal de tres pisos comunicados por una escalera de caracol expulsando agua por la trompa.Una genialidad barroca que lamentablemente no se llegó a construir, como las mejor de las utopías. Pero más tarde Napoleón colocó uno en la plaza de la Bastilla. El elefante de nuevo como hito urbano para marcar los puntos emblemáticos de la ciudad. Este último llevaba una torre a sus espaldas, más en la linea del Elephant and Castle londinense, del que ya hemos hablado.
No tengo que decir que éstos dos últimos ejemplares, acaban de pasar a formar parte de mi colección de elefantes singulares que mencionaba en otro post.

L’elephant triomphal, Charles-François Ribart 1758


Elefante de la Bastilla. 1813 y demolido en 1846
Pero dejemos a un lado los elefantes, para seguir hablando de utopías en la ciudad y por qué no de estrellas. Hemos visto la forma de estrella que le da Haussmann a la plaza de l'etoile. Pero si fuéramos un pájaro podríamos migrar hacia el Este de Francia y encontrarnos con otra estrella. Una ciudad-estrella en sí misma : Neuf Brisach.


Neuf Brisach por Vauban 1697
Se trata de otra Utopía realizada. Responde al modelo de ciudad de nueva planta y seguía los principios de la ciudad ideal renacentista. Fue el arquitecto francés del barroco Vauban 1633-1707 el autor de esta ciudad fortificada. Calles en retícula ortogonal y una plaza de armas en el centro donde se levantaron los edificios civiles más significativos. Todo el trazado urbanístico se rodeó de un bastión de murallas octogonal formando una estrella de ocho puntas. Esta ciudad constituye el modelo más elaborado de Vauban que había ensayado anteriormente en la ciudadela de Lille o en Rocroi y se convierte en el prototipo de ciudad con muralla de baluartes del siglo XVII.

Este modelo centralizado es el que se extiende por Hispanoamérica en las ciudades coloniales de nueva planta como Trujillo del Perú, Cartagena de IndiasLimaArequipaPotosí por citar algunos ejemplos, aunque no se produce de manera tan regular como en Europa que llega a tener un trazado de estrella perfecto.
Todas estas ciudades utópicas, estrella, estrelladas, tienen su referente en toda la tratadista humanista del Renacimiento.El modelo de ciudad ideal es la proyectada por Filarete a la que llamó Sforzinda, bautizada en honor a su mecenas.

Sforzinda por Filarete 1465
Y si seguimos volando hasta llegar al noreste de Italia para encontrarnos con el modelo más perfecto de todos, que es el que más se adapta a Sforzinda. Se llama Palmanova, ciudad ideal del Renacimiento de caracter defensivo.
Palmanova por Scamozzi 1593


Su creador fue Vicenzo Scamorzzi ( 1548-1616) y quiso que fuera además de una ciudad estratégica y fortificada, un modelo de bienestar social, símbolo de la sociedad humanista. Por eso, le da mucha importancia a la plaza, centro de la estrella, donde se reúnen todos los poderes civiles y del Estado. Su forma es la más perfecta de las utopías: una polígono de nueve puntas, radiocéntrica, con plaza hexagonal y uniformidad de alturas.

Para finalizar, podemos llegar a la conclusión de que siempre hay excepciones que confirman la regla, siempre hay utopías que se logran o al menos que se intentan construir, aunque queden a medio camino, como el caso de Ledoux. En definifiva, algunos sueños se cumplen y forman parte de la historia, en forma de estrellas.