sábado, 9 de mayo de 2015

Vivir dentro del cuadro


Visitar una de las regiones menos turísticas de Francia puede convertirse en una verdadera experiencia estética. La gran desconocida: Franche Compté. Quizás algunos arquitectos se dejen caer por Ronchamp para ver la capilla de Le Corbusier o acercarse a las Salines de Chaux para ver la ciudad utópica del visionario Ledoux. Pero no muy lejos, en la misma región del Franche Compté se puede vivir dentro de un cuadro.

Y es que toda la belleza de sus paisajes, la pureza del aire, el murmullo del agua, el silencio de las montañas que te hace sentir insignificante, te gustaría por un instante poder guardarlos en una cajita para más tarde abrirla para revivir los recuerdos. Pero esto ya lo hizo Courbet en sus cuadros y es un privilegio sentir que estás en uno de ellos, como si te mimetizaras con su entorno, con lo que él ve y lo que siente.

Estos paisajes que rodean su ciudad natal fascinaron al artista toda su vida. Tenemos que transportarnos a su época para ver lo que tienen de revolucionarios. Como sus compañeros de Barbizon, sale a pintar con sus lienzos directamente a la naturaleza, al " plein air", cosa que antes no se hacía. Pero lo más importante es que su pintura es moderna. En sus paisajes no hay héroes ni dioses. Los dioses han muerto. Han desaparecido de la pintura.

Sus ideales revolucionarios están también plasmados en su pintura que se puede entender como un canto a la libertad de inspiración o como una democratización, tal y como hace con el famoso entierro de Ornans al dale un formato gigante y dignificar a los lugareños del pueblo como si fueran héroes de la mitología. Y es en Ornans, su ciudad natal donde se puede visitar un pequeño museo con alguna de sus obras. Aunque sólo hay que darse una vuelta por los alrededores para meterte dentro de ellas.



¡Hay un montón de imbéciles que se imaginan que un paisaje se hace así sencillamente! Toman una caja de pintura y van a plantarse, a veces en un país, a veces en otro. Ellos traen sus cuadros y le dicen: ese es Venecia, ese es los Alpes. ¡Pues bien, todo esto es un relajo! Para pintar un país hay que conocerlo. Yo conozco a mi país, yo lo pinto. Los bosques, son los nuestros. Este río, es la Loue, vaya a verlo, y usted reconocerá mi cuadro.









2 comentarios:

  1. Pues otro sitio para visitar... algo me dice que te sentías dentro de un cuadro porque tú también mirabas el paisaje con ojos de artista, como Courbet: tus fotos lo demuestran, son preciosas.
    un saludo

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