jueves, 18 de octubre de 2012

Wunderkammer

Como decía en la entrada anterior, Orson Wells quiso hacer con Ciudadano Kane una crítica de la vida y trayectoria de Hearst . Y es que investigando algo más sobre su vida, me veo obligada a dedicarle un espacio a tan singular personaje.

William Hearst, fue un periodista, pero no uno cualquiera. Editoriales, revistas, periódicos, estaban bajo su mando. Llegó a poseer un gran monopolio y se convirtió en un gran magnate controlando todos los medios de comunicación en la América de principios del s XX. Su poder e influencia política hizo que Estados Unidos interviniera en la independencia de Cuba y en el control del Canal de Panamá por parte de los americanos.

Podemos imaginar su fuente de ingresos. Su riqueza era tal, que decidió vivir como un verdadero príncipe o me atrevería a decir faraón. Sus extravagantes gustos y la fiebre compulsiva por poseer se unían en una fantasía sin límite. Xanadú realmente existió.Y  no me refiero a un escenario en los estudios de la  R.K.O. Se llama Hearst Castle y está en California. Tiene horarios de visita, con guía, auriculares y tienda de souvenirs. Como si fuera un castillo del Loira.



Este complejo va más allá de lo que podamos imaginar. Hacer un recorrido por su galería de fotos nos sirve para hacernos una pequeña idea de su idea de hogar. Como si de las wunderkammern del renacimiento se tratara, Hearst acumulaba objetos dispares como si fuera un patchwork cultural : termas romanas, templos griegos, catedrales hispanoamericanas, artesonados mudéjares, en un  "todo en uno". El magnate llega a adquirir a través de contactos en España, el claustro del monasterio de Onieva, el de Sacramenia de Segovia, partes del castillo de Benavente, una reja de la catedral de Valladolid....

Este afán por coleccionar claustros, debía estar de moda entre los millonarios americanos de la época. De hecho, Rockefeller financió lo que hoy se llama "The Cloisters" un museo al aire libre en la parte norte de Manhattan, que hoy es una de las sedes del Metropolitan Museum of Art.

Quizás esto se deba a la añoranza de una cultura que abandonaron en el viejo continente, por no tener un pasado tan lejano, aunque a veces, esta fiebre por coleccionar o acumular objetos tan dispares se ha asociado en muchos casos a una patología obsesivo compulsiva o a algún tipo de trastorno.El  mismo Freud coleccionaba estatuillas egipcias que exhibía en la mesa de su despacho. El Zar Pedro I el Grande coleccionaba fetos y malformaciones en botes de formol y llegó a reunir una colección que más bien parece un museo de los horrores. Andy Warhol también tuvo su particular Xanadú. Cuando vemos fotos de su dormitorio, podría haber sido decorado por el propio Hearst . Su creador fue en realidad el diseñador Jed Johnson, que también trabajó con él en la Factory y que acabaría siendo amante del artista. Pero Warhol, a diferencia de Hearst, acumulaba junto con las obras de arte cajas de detergente a las que le daba el mismo valor.

Dormitorio de Andy Warhol. East 66th street.

Coleccionar, amontonar, poseer....Hearst tenía el dinero para satisfacer todos sus caprichos, no sabemos si poseía por la mera adicción de poseer, como el coleccionista obsesivo que quiere controlarlo todo, porque a eso estaría acostumbrado un hombre con semejante poder..
Pero lo que no pudo controlar el pobre Hearst fue la realización de Ciudadano Kane, si bien intentó por todos los medios evitar su difusión. Ahora, se ha convertido en nuestros días en una película de culto entre los cinéfilos, que no deja de sorprendernos, no sólo por la estética y por lo que respresenta en la historia del Cine sino por el personaje tan fascinante al que representa.

9 comentarios:

  1. Tiene que ser muy interesante visitar el museo de Claustros, pero se pierde toda la espiritualidad que produce visitar las iglesias románicas en su verdadero entorno...

    ¡qué horror el dormitorio de Warhol! qué decepción...

    P.D: creo que si contratas guía + auriculares en el Hearst Castle te dejan darte un chapuzón en las termas romanas

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  2. Eso mismo le comentaba a mi seguidora "Pilarín": Podemos ver la parte positiva si pensamos que de no ser por los americanos, estos claustros no se habrían conservado hoy en día, como ella apunta. Pero, es cierto que choca ver las obras arquitectónicas fuera de su contexto. El museo de "Cloisters" no tengo la suerte de conocerlo pero creo que tendría la sensación de visitar un parque temático románico. Aunque ya nos hemos acostumbrado a ver las pinturas de Tahull en el Museo de Arte de Cataluña, los obeliscos de la Place de la Concorde, o el templo de Debod en Rosales.

    Respecto al dormitorio de Warhol, cuesta trabajo pensar que el creador de "the factory" o de las sopas Campbell durmiera en ese lugar. Le gustaba rodearse de objetos antiguos, cosas sin valor que no dejan de añadirle excentricidad y algo siniestro, si no triste al halo del artista. Hay un libro de Estrella de Diego llamado "Tristísimo Warhol" en el que se habla de ésto y de muchas otras cosas.

    Pd: Creo que debemos hacer una excursión a California.

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  3. Hasta tenemos tienda online en Hearst Castle para comprar cualquier recuerdo, lástima que no nos vendan el Monasterio de Sacramenia.
    Lo de Wharhol, decepcionante. Hace dos años visité una exposición de Dexter Dalwood en el CAC (Centro de Arte Contemporáneo) de Málaga basada en las habitaciones de famosos imaginadas por el artista. No recuerdo que hiciera una de Andy Warhol, pero estoy segura de que nunca la imaginaría tal como es.

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    1. No me extraña. Los americanos son pioneros en el marketing de los museos.
      A propósito de las habitaciones,un día tengo que hablar en el Blog de la habitación de Napoleón Bonaparte. ;-)

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    2. Venden en la tienda on line unas cucharillas de plata con un esmalte en el mango que tiene la imagen del castillo ...qué tentación!!

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  4. Diego Villar Van Reybroeck20 de octubre de 2012, 4:58

    Mery, muy interesante tu artículo Wunderkammer... es impresionante el afán de poseer que puede llegar a tener el ser humano.

    Soy más, porque poseo más?

    Admiro la filosofía oriental y las culturas primitivas porque no dan tanto valor a lo material como nosotros.

    Yo mismo me considero como "un burgués de mierda" porque me gusta vivir bien y aprecio demasiado mi confort.

    Pero realmente tengo la suerte de no desear nada en especial, no me hace soñar poseer otro coche que ya no utilizo y que sigue en Madrid después de 4 años, otro reloj, más prendas me marca... me gustan las cosas bellas, pero prefiero que estén en un museo que en mi armario. Trabajo en la moda, pero entiendo que tener cosas de valor no me hacen ser mejor que el que está a mi lado.

    Luego la vida se convierte en un fardo demasiado pesado.

    Y bien lo puedo re-confirmar tras otra mudanza... de 100m2 en Basilea a 70m2 en París... y te vuelves a preguntar el porqué de tanto acumular.

    Y entonces ya podemos volver al tema de la nostalgia, pero eso es ya otra historia!

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    1. Creo que es inevitable vivir con el "fardo pesado"...tendemos a acumular cada vez más año tras año. Pero es después de las mudanzas cuando nos damos cuenta de lo prescincibles que son muchas cosas que hemos dejado en cajas de cartón, en el trastero o en un guardamuebles....
      Como dice el anuncio de Ikea: ¿es más rico el que más tiene o el que menos necesita?

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  5. Muy interesante, Nan, el coleccionismo compulsivo, las wunderkammer,etc, pero lo que más me ha impresionado es la habitación de Andy ¿quién lo iba a decir? pero ya sabemos que un artista no es su obra. Hoy decía Santiago Roncagliolo en el Pais Semanal: "Evito conocer a escritores que me gustan porque a lo mejor no me gustan". El otro día sin embargo, vi en un libro la casa de Calder y me gustó mucho, tiene el mismo encanto que su obra:
    http://mondo-blogo.blogspot.com.es/2010/08/what-mess-alexander-calder-at-home.html

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  6. Gracias por tu comentario y aportación Pilarín. Las casas museo me apasionan. Siempre que hayan respetado el mobiliario y las cosas que pertenecían a la artista, puedes hacerte a la idea de cómo vivía. Si conoces su obra suele tener similitud con la decoración de su casa como la que dices de Calder, que sólo con ver las fotos sabemos de quien se trata. Es cierto, que nadie sospecharía lo mismo al ver la habitación de Warhol.
    Me impresionó ver la casa de Fortuny en Venecia, los palacetes privados parisinos como el Museo de Delacroix, Nissim de Camondo....Y el próximo en mi lista es la casa de Gustave Moreau, que creo que es fantástica.

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